Nellierai siguió bombeando en sus pantalones hasta que toda su polla llegó a la parte de atrás de sus bragas, luego frotó su brillante polla a través de sus bragas blancas hasta que empezó a gotear la sustancia viscosa blanca. Ser drogada de niño ya no le funcionaba, así que Nellierai se chupaba las dos enormes y duras pollas de la mesa, sintiendo cómo se le contraían las pelotas y silbaba mientras le inyectaban esperma de su amplia y cálida boca, y se la inyectaban en su deliciosa cara. Después de limpiarse la corrida en sus calzones, Nellierai se levantó, se inspeccionó y se bajó los calzones de nuevo, esta vez vaciando su muy profunda y ancha verga. Se quitó el condón de la polla y se miró en el espejo para ver cómo se veía Nellierai. ¡Sí, Nellierai era un chico sucio! Se la chupó a uno de los monos más viejos. La obligó a lamerle las bolas y a cada lado de su cabeza le empujó su gorda polla entre los labios y fue muy amable con ella. Mientras la gorda y jugosa polla era empujada sin piedad a su boca, Nellierai luchó y trató de jadear por aire, pero la mujer se había vuelto muy mojada y dura ya que había estado teniendo un sexo tan intenso y excitante. La polla gorda le dio una bofetada en la garganta, volviéndola loca. Era muy diferente a ser una chica. Su cabeza era muy pequeña y a Nellierai no le importaba mucho, y sus labios estaban tan apretados alrededor de la polla caliente que podía sentir su circunferencia llenándola...