Ella lo sabía, él sabía que la Sensualica le servía, pero no parecía importarles. Era tan... tan caliente... Sus manos apretaron su pecho duro y rápido mientras venía, y su polla se abrió, gruesas y viscosas hebras de semen colgando de la punta. Sus ojos se cerraron cuando él llegó también, más escupitajos y semen saliendo de él. Sus bolas estaban hinchadas y llenas de esperma apretado, blanco y de color claro, mezclado. Ella se las arregló para recuperar el aliento entre las ondas de su pegajosa esperma, respirando profundamente mientras Sensualica presionaba su coño contra su dura polla, con la cabeza enterrada en su coño. Las sábanas estaban apretadas contra ellas, y Sensualica podía sentir su semen saliendo de ella, a un ritmo constante. Parecía que iba a soplar, así que Sensualica tiró de su polla hacia atrás y adelante, acariciándola lentamente con su resbaladiza vagina. Sensualica finalmente sacó sus manos, dejando que su cabeza se cayera de su clítoris. Sus caderas se doblaron en su polla mientras su coño espástico se apretaba alrededor de su polla. Sólo había una parte de su coño que cabía en su polla caliente, palpitante, caliente y llena de semen, y en sólo unos segundos, él se iba a correr dentro de ella, y Sensualica lo sabía. Sensualica quería sentirlo en ella...