Shycinderella se amordazó y se vio obligada a morderle el brazo para no perder el aliento. En esos minutos de intenso golpeteo de la polla pude oírla gemir de placer y agonía. En esos momentos yo era el premio y a Shycinderella le encantaba eso. Se acabó el tiempo e intercambiamos besos. Le dije lo bien que se sentía ser follada hasta que mi corazón estaba listo para explotar. Shycinderella estaba tan dedicada como yo a hacer feliz a mi novio, a llenar sus zapatos y a ver cómo me llevaba. Le agradecí por recordarme que me estaba cogiendo a la mujer más perfecta del mundo y lo feliz que me hacía Shycinderella. Cuando quise correrme sobre su dulce cara, Shycinderella se dio la vuelta y se me vino encima. Shycinderella me miró sorprendida y me preguntó qué se sentía al ser una mujer perfecta en mi propia mente. Le dije que la amaba por serlo. Shycinderella sonrió dulcemente y quiso saber cómo quería volver a follarla. Eso era algo que Shycinderella también quería saber, pero quería ver el programa primero...