Gimió mientras yo abría sus labios de vagina para mí y chupaba su clítoris hasta que Bellacontessa vino por mí. Me encantaba saber que había una chica en mi interior y que Bellacontessa podía correrse cuando quisiera. Me agarré de su cabeza y la puse en mi cara. Pasé mi lengua por su clítoris y lo presioné contra mi nariz. Giré su cabeza hacia un lado y procedí a montarla como un caballo. Vi mi pene saliendo y de repente lo agarré y empecé a frotar mi polla contra los labios de su coño. Mi novia finalmente se acercó a mí y puso sus labios alrededor de mi pene. Giré su cabeza y empecé a golpearla contra su boca y su vientre. Bellacontessa gimió en éxtasis mientras le metía la polla en la boca hasta que quedó completamente enterrada. Lentamente empecé a salir de su boca y Bellacontessa empezó a atragantarse y a chisporrotear. Continué cogiéndome su boca mientras sacaba mi polla y la arrastraba de un lado a otro. Cuando Bellacontessa empezó a salir a tomar aire, le metí la polla en la boca y le amamanté el clítoris. Cuando Bellacontessa subió a buscar aire, sonrió y dijo: "¡Wow, eso fue una locura!".