Bellamirella estuvo de acuerdo, y yo estaba listo. El vibrador convirtió toda la habitación en un frenesí lujurioso y apenas pude contener mi furiosa erección. Le di una bofetada a mi madre en la cara, diciéndole que se callara, que tenía que mear, e hice un gesto lascivo para demostrar que iba en serio. Bellamirella se acobardó y empezó a reírse. "¡Tu polla se ve tan deliciosa en camisón, mami! Quiero lamerte. "Bellamirella se rió suavemente otra vez. "Bueno, quizás más tarde", dije, encogiéndome de hombros y mordiéndole el cuello mientras le frotaba el esperma caliente y salado por toda la entrepierna. Vi sus dedos deslizándose sobre su perfecta vagina, y le dije que no pensara en ello, pero Bellamirella gritó y chirrió. Mamá puso una cara, y supe que Bellamirella estaba chorreando. Rápidamente le separé las piernas para poder agacharme entre ellas y lamer su coño con mi lengua, mientras su coño me frotaba la polla. Casi me metí en los pantalones, pero mamá estaba tan jodidamente mojada que tampoco me pude correr. Le lamí el clítoris con la lengua hasta que entré en su boca. Mientras me arrastraba hasta mi cama, las vibraciones del vibrador hacían que mi hermana chillara y casi me tropiezo con ella, pero fácilmente la tiré al suelo...