Sonyabrage se bajó sobre su espalda, y entre el rápido movimiento de sus caderas, el espasmo inicial, la suave afluencia de mi lubricante y mi lengua, empecé a frotar el clítoris de la chica, que lentamente empezó a agacharse y a tener espasmos. Sonyabrage empezó a frotar sus jugos de coño en la parte superior de mi consolador, y yo estaba frotando el suyo también, provocando una especie de sensación húmeda y descuidada que era, para mí, muy erótica. Podía sentir el calor que salía de su coño caliente, y la habitación empezó a parecer cada vez más caliente. A pesar de este calor, la chica continuó su ritmo, yendo cada vez más rápido, hasta que empecé a temer que Sonyabrage se corriera. La cabeza del consolador estaba a pocos centímetros de su clítoris, y entonces Sonyabrage movió sus caderas hacia atrás, metiéndolas directamente en mi culo y enterrándolas en su estrecho y húmedo coño. Me quité el consolador, y me quedé quieto, respirando con fuerza. Vi como la chica frotaba sus jugos de coño en la cabeza de mi consolador, y en mí. El consolador comenzó a salir lentamente de su coño y yo respiraba con más fuerza. Cuando vi que la chica había terminado, respiré fuerte y completamente sin aliento. "¡Wow, qué bien!" exclamó Denise, subiendo a la cama y subiéndose a mi regazo...